Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 85 VRFLDOHV H[WUDxDV D VXV HVHQFLDV \ PiV IXHUWHV TXH HVWDVª (O UHVXOWDGR ~OWLPR GH ODV 'HYDVWDFLRQHV IXH SRU FRQVLJXLHQWH OD GHVWUXFFLyQ GH OD ©VLPLHQWH GH XQD IXWXUD QDFLRQDOLGDG GRPLQLFDQDª 25 En contraste con la tesis de Peña Batlle, otros autores se han referido al WHPD PiV REMHWLYD \ GHVDSDVLRQDGDPHQWH DQDOL]iQGROR GHQWUR GHO FRQWH[WR sociopolítico y económico del momento. Para Pedro Mir, las Devastaciones QR IXHURQ VLQR OD H[SUHVLyQ ÀQDO GH GRV WHQGHQFLDV DQWDJyQLFDV FX\DV FRQWUD - dicciones venían acentuándose desde hacía tiempo. La primera, representada por las masas populares, además de buscar su supervivencia, quería orga- nizar la colonia desde la base del incipiente desarrollo del capitalismo, tal como sucedía en Francia, Inglaterra y Holanda. La segunda, orientada hacia el pasado feudal y fundada en el individualismo, el celo burocrático y el fana- tismo religioso, se regía por el carácter retrógrado de la política castellana y era partidaria del mantenimiento del monopolio comercial. El triunfo de esta tendencia obstaculizó, según Mir, la oportunidad del surgimiento en Santo Domingo de la burguesía como nueva clase social, contribuyó a la decadencia GH OD FRORQLD H LPSLGLy VX FRQYHUVLyQ HQ ©DVLHQWR ODERUDWRULR \ DQWHPXUDO GHO GHVWLQR KLVWyULFR GHO 1XHYR 0XQGRª En esa misma línea de juicio se sitúan también Utrera y Moya Pons. Más que verdugo, escribió Utrera, Osorio fue víctima de la ignorancia de un rey o, lo que es igual, de una política errada que la Corona mantuvo hasta sus ~OWLPDV FRQVHFXHQFLDV HPSHxDGD FRPR HVWDED HQ H[FOXLU D ODV ,QGLDV GH OD moderna corriente del comercio mundial. Por su parte, Moya Pons vio al go- EHUQDGRU FRPR ©XQ LQVWUXPHQWR GH ODV IXHU]DV PXQGLDOHV HQ FRQÁLFWRª La tesis de Peña Batlle adolece de perspectiva histórica y se asienta en premisas falsas. Atribuir al memorial del Cabildo de la ciudad de Santo 'RPLQJR ©ORV LPSXOVRV \ HO FDORU GH XQD YHUGDGHUD FRQFLHQFLD GRPLQLFDQD GHVSLHUWD \ YLJLODQWHª HV LJQRUDU OR TXH ORV KHFKRV VHxDODQ FUXGDPHQWH 3HxD Batlle olvidó que ese organismo, en su deseo de evitar las despoblaciones de Bayajá, La Yaguana y Puerto Plata, no tuvo escrúpulos en recomendar la de Monte Cristi, lo que dice muy poco de esa pretendida unidad apuntada por HO HQVD\LVWD 'H KDEHU H[LVWLGR ORV YHFLQRV GH OD EDQGD QRUWH \ ORV UHEHOGHV de Guaba hubieran renunciado a la ciudadanía española, algo inconcebible en esa época por conllevar la pena de muerte. En Santo Domingo no había surgido todavía una conciencia política capaz de llevar a cabo una ruptura con España. Las protestas contra la orden del monarca relativa a las despobla- ciones tenían como única motivación rechazarlas. No es cierto que esas protestas fueron acciones protagonizadas solo por FULROORV R FRPR DÀUPy 3HxD %DWOOH GRPLQLFDQRV JHQWLOLFLR TXH WDUGDUi PiV
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3