Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

82 /DV 'HYDVWDFLRQHV GH \ Los efectos más inmediatos de las Devastaciones fueron una agudización de la crisis económica que la isla venía padeciendo desde hacía tiempo y la carencia de carne a causa de que los dueños de ganado optaron por matarlo y H[SRUWDU VXV FXHURV SRU VL VH SURGXFtDQ QXHYDV PXGDQ]DV /D HVFDVH] GH FDUQH se agravó a medida que transcurrieron los meses, afectando particularmente a los vecinos de Monte Plata y Bayaguana, ya que de las casi 100,000 reses man- sas que había en la banda norte solo pudieron trasladarse 8,000, de las cuales muchas murieron en el camino. En la ciudad de Santo Domingo, la situación SUHYDOHFLHQWH IXH GH H[WUHPD PLVHULD \ KDPEUH HQ WDQWR ORV PRUDGRUHV GH las nuevas poblaciones solicitaron en vano que les permitieran residir en la capital. Tan desesperados estaban que muchos de ellos se dedicaron a robar ganado para no perecer de inanición. /DV 'HYDVWDFLRQHV WDPELpQ SHUMXGLFDURQ HO FRPHUFLR H[SRUWDGRU GH 6DQWR Domingo debido a la escasez de ganado, así como la capacidad de compra de los habitantes de la isla, que tuvieron que consumir menos artículos impor- tados por falta de dinero y los altos precios en que se vendían. La Corona española quiso reanimar la actividad económica de la colonia protegiendo a ORV FRPHUFLDQWHV H LQVWLWX\HQGR FXRWDV REOLJDWRULDV GH H[SRUWDFLyQ GH VXV SUR - ductos a España, pero aun cuando se notó un cierto aumento en la navegación HVDV PHGLGDV WXYLHURQ XQD GXUDFLyQ OLPLWDGD $O GHFUHFHU ORV LQJUHVRV ÀVFD - les, el gobierno local no pudo cubrir totalmente los sueldos de la burocracia y de los 200 soldados de guarnición en la isla, de modo que fueron reducidos a 100 y hubo que recurrir al envío de asignaciones desde Nueva España que se GHQRPLQDURQ ©VLWXDGRVª $ ÀQ GH IRPHQWDU HO FUHFLPLHQWR GH ORV JDQDGRV *yPH] GH 6DQGRYDO prohibió que se mataran las hembras y los becerros y ordenó a todos los pro- pietarios de hatos que se proveyeran de perros mansos para ahuyentar a los cimarrones que perseguían las reses. Otra medida del gobernador consistió en autorizar que cuadrillas escoltadas por soldados fueran a la banda norte a recoger el ganado disperso. Sin embargo, el rey se mostró en desacuerdo con la decisión de su subordinado por entender que esas cuadrillas y militares podían dedicarse a rescatar cueros con los corsarios y piratas. 23 O PINIONES SOBRE O SORIO Y LA TESIS DE P EÑA B ATLLE Todos los historiadores dominicanos que, con mayor o menor acierto, han estudiado las Devastaciones de la banda norte, concordaron en aseverar

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