Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 779 En efecto, en 1784, año de su llegada a Santo Domingo, Juan Bautista de Oyarzábal y Olavide traía consigo la Real Orden de 23 de diciembre de 1783, por la que se le permitía la introducción de 400 esclavos y una gran variedad de utensilios como calderas, pailas, cilindros o moledores, estufas, barretones GH KRUQLOODV D]DGDV KDFKDV \ RWURV GH ODV FRORQLDV H[WUDQMHUDV OLEUHV GH WRGRV impuestos, pudiendo incluso vender o ceder a otros, sin tener que pagar los GHUHFKRV FRUUHVSRQGLHQWHV KDVWD OD H[HQFLyQ GHO GLH]PR GXUDQWH GLH] DxRV contados desde el momento en que comenzase a dar fruto su hacienda. 91 La actuación del Marqués de Iranda a través de sus contactos en la admi- nistración, particularmente en el Consejo de Indias, facilitó que las medidas solicitadas por Juan Bautista de Oyarzábal y Olavide, el 1.º de junio de 1783, fuesen concedidas en tan solo siete meses. La rapidez con la que lo consiguió hizo que algunos hacendados se acogieran a ella solicitando entre junio y julio GH HVRV PLVPRV EHQHÀFLRV VLJQR HYLGHQWH GHO LQWHUpV GH ORV KDFHQGDGRV de aprovechar esta nueva vía para sacar adelante las medidas solicitadas. Así el 30 de octubre de 1784 a José de la Vega e Ignacio Caro de Oviedo, dueños de los ingenios Manoguayabo y Cumba respectivamente, se les permitió intro- GXFLU HVFODYRV GH ODV FRORQLDV H[WUDQMHUDV D FDGD XQR IRQGRV GH SDLODV 4 juegos de molinos completos y 500 azadas. Antonio Dávila Coca y Landeche y Antonio Mañón de Lara también solicitaron la libertad de derechos en la introducción de utensilios y 400 esclavos, concediéndoseles igualmente. 92 Aunque hubo que esperar dos años más para que estas concesiones particula- UHV IXHVHQ H[WHQGLGDV SRU LJXDO D WRGD OD SREODFLyQ GH 6DQWR 'RPLQJR OR FLHU - to es que los hacendados vieron cómo lo que habían reivindicado desde 1767 y más tarde a través de la Junta creada en 1772 les fue concedido mediante la Real Cédula de 12 de abril de 1786. Además contemplaba otros privilegios TXH OHV H[LPtDQ GHO SDJR GH GHUHFKRV GHO DJXDUGLHQWH GH FDxD \ GHO GLH]PR durante diez años. 93 'H OR H[SXHVWR VH SXHGH GHGXFLU TXH H[LVWLy XQD VLPLOLWXG HQWUH ODV SH - ticiones de la élite hacendada y las de Juan Bautista de Oyarzábal y Olavide, mostrando en ambos casos su convergencia con la política reformista con- ducente al fomento de la agricultura y el comercio de Santo Domingo. De hecho la Corona accedió a sus peticiones, porque para poder llevar esa revi- talización, y que revirtiera en ella, fue necesario levantar ciertas restricciones y dar esas facilidades económicas. En este logro resultó clave la actuación del Marqués de Iranda, ya que estaba bien posicionado en la Corte y poseía unas relaciones privilegiadas en el Consejo de Indias. Disponía de la amistad de algunos de sus miembros, concretamente de José de Gálvez, Francisco Javier Machado Fiesco y Bernardo de Iriarte, que intercedieron para alcanzar no solo
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3