Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 725 ajuste en WRGR DO &HUHPRQLDO FRPR REOLJDFLyQ VLQ IDOWDU QL H[FHGHU HQ cosa alguna, que así conviene al servicio de Dios nuestro Señor y de V. M., en que espera recibir merced de la Real mano de V. M. 36 Los sucesivos y variados cambios políticos —traspaso de la colonia a Francia a raíz de la Paz de Basilea (1795-1808), la Guerra de Reconquista para volver a dominio español (1808-1809), 70 días de independencia que preten- dió ser federada (1821-1822), la mal llamada dominación u ocupación haitiana de 1822 y la guerra de Separación de 1844—, además de los largos períodos de sede vacante del arzobispado imposibilitaron que se celebrara sínodo alguno en el siglo XVIII VLHQGR HO SUy[LPR HO FRQYRFDGR SRU HO DU]RELVSR 7RPiV GH Portes a los siete años de iniciada la Primera República (12-17 de mayo de 1851). No es preciso recordar que no todos los sínodos contaron con la nece- VDULD DSUREDFLyQ UHDO ³DOJXQRV IXHURQ PRGLÀFDGRV DQWHV GH VX GHYROXFLyQ \ R DSUREDFLyQ³ \ KXER DOJXQRV TXH QXQFD VDOLHURQ GH ORV DUFKLYRV GH OD Real Audiencia de Santo Domingo, como parece haber sido el caso de ese único y aislado Concilio Provincial de 1622. Como ya hemos visto más arriba, las decisiones y cánones de algunos representaban o facilitaron una evidente apertura con respecto a la legislación vigente. 37 F ORMACIÓN SACERDOTAL Y COTIDIANIDAD DEL CLERO En cuanto a la cantidad y calidad del clero de estos siglos, es preciso tener en cuenta que la inestabilidad del primer seminario conciliar, abierto el 1.º de febrero de 1603 —así lo había estipulado el canon 18 del Concilio de Trento (15 de julio de 1563)—, obligó a la Iglesia dominicana a no multiplicar sus ins- tancias educativas. Eso supone que el clero dominicano —no se debe hablar GH FOHUR H[WUDQMHUR KDVWD ELHQ DYDQ]DGR HO VLJOR XIX —, se formó hasta mayo de 1848 en las aulas universitarias, primero de dominicos y jesuitas, y por último solo en la de los dominicos. A partir del cierre de la universidad dominicana en 1823, de la formación de los escasos candidatos al sacerdocio se ocupó el canónigo magistral o maestrescuela del Cabildo Catedralicio, y la formación pasó de las aulas a la tutoría, reduciéndose el tiempo de formación cada vez PiV (Q PiV GH XQD RFDVLyQ ORV FDQGLGDWRV YLYtDQ HQ FDOLGDG GH ©IDPLOLDUHVª en el Palacio Arzobispal, y allí recibirían clases de Teología Moral y Cánones
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