Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 71 Monasterios puesto en una iglesia de Sevilla y vigilado con especial cuidado, pues era muy poderoso y con mucho crédito en Inglaterra y Francia. De 50 DxRV \ H[FHVLYDPHQWH JRUGR HQ FDVR GH TXH LQWHQWDVH XQD QXHYD IXJD SRGUtD ser fácilmente reconocido. Ambos personajes llegaron a la ciudad andaluza el 19 de diciembre. Enfermo y maltrecho a causa del viaje, Méndez falleció tres días después y fue sepultado en la capilla del Sagrario de la Catedral. Por su parte, Monasterios, nada más pisar tierra, cohechó al maestre de la nave y se introdujo en dicha LJOHVLD PD\RU ([WUDtGR GH OD WRUUH GH OD *LUDOGD GHQXQFLy OD LQMXVWLFLD FRPH - tida contra él por Osorio, al que acusó de actuar arbitraria y despóticamente durante las Devastaciones, por cuya causa había perdido más de 300 cabezas de ganado manso y 80 esclavos, recordando su condición de caballero hijodal- go nativo del señorío de Vizcaya y los notables servicios que tanto él como sus siete hijos habían prestado a la Corona. Finalizado el problema de Guaba, Osorio hubo de enfrentar el de los ve- cinos de Bayajá huidos a Cuba, misión que encargó a Manso de Contreras a pesar de la pésima opinión que tenía sobre él. El oidor aceptó su designación con aparente beneplácito en contra del parecer de los más avezados colonos GH OD FLXGDG GH 6DQWR 'RPLQJR TXLHQHV SXVLHURQ HQ GXGD HO p[LWR GH VX HP - presa. Tanto el viaje por mar como por tierra resultaba altamente arriesgado SRU QR FRQWDU FRQ JHQWH HQ OD TXH FRQÀDU 3RU GH SURQWR KDEtD QHFHVLGDG de adquirir un navío porque nadie se atrevía a alquilar el suyo. Además, el salario de cuatro pesos diarios que la Audiencia le había asignado era muy SRFR GH PDQHUD TXH VH OH GHEtD DXPHQWDU D GLH] 3DUD MXVWLÀFDU HVH DXPHQWR 0DQVR GH &RQWUHUDV UHVDOWy ORV ©JUDQGHV GHVyUGHQHV \ H[FHVRV HQ PDWHULD GH UHVFDWHV FRQ ÁDPHQFRV \ RWURVª TXH VH UHDOL]DEDQ SUiFWLFDPHQWH D GLDULR HQ Santiago de Cuba y Bayamo. La audacia de sus vecinos era tal que habían in- ducido a los corsarios a apresar al obispo de Cuba, en tanto el teniente general Suárez de Poaga tuvo que escapar precipitadamente para que no le sucediese lo mismo. La comisión dada a Manso de Contreras tenía la fecha de 12 de noviem- bre, pero su partida se efectuó tres meses más tarde. Al criticar esa dilación, Osorio informó al rey que el oidor no pasó directamente a Cuba, sino que primero fue a Cartagena. El monarca le ordenó entonces que sustituyera a Contreras por uno de los dos oidores destinados a Santo Domingo, Martínez Tenorio y Valdelomar. El viaje de Manso de Contreras a Cartagena estuvo lleno de incidentes. El bajel en que iba naufragó a causa de una tormenta, pero los pasajeros pudieron llegar en barca a una playa luego de superar nu- PHURVDV GLÀFXOWDGHV (Q HOOD SHUPDQHFLHURQ XQ WLHPSR KDVWD TXH ORJUDURQ

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