Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 69 La amenaza de Villegas sirvió de muy poco. Los rebeldes, le dijeron, solo se sujetarían a la voluntad real si se les concedían seis meses de plazo y se derogaban las Cédulas de las despoblaciones. Al tanto Osorio de la propues- ta, envió al dominico Jacinto de Soria con la suya. Debían convencerse de la inutilidad de su resistencia y plegarse a las reducciones. A cambio, se les con- cedería el perdón por sus delitos y un salvoconducto para que pudieran ir a Bayaguana. Montoro y otros más se mostraron reacios a subordinarse, mien- tras el resto se inclinó a hacerlo, pero no se atrevió a abandonar Guaba por te- mor a las represalias de los demás. Volvió Villegas al valle y desde Guazumal mandó a otro dominico, Manuel Osorio, para que informase a los que habían aceptado acatar lo prometido por el gobernador que les ayudaría a sacar sus ganados y familias. Días después, el alcalde fue llamado por Montoro. Lo encontró oculto entre los árboles junto con un grupo de sus adeptos, las armas prestas para ser usadas. Montoro le comunicó que habían resuelto capitular y que solo esperaban un correo mandado a la ciudad de Santo Domingo para averiguar si el perdón y el salvoconducto eran ciertos. De serlo, antes de tres semanas viajarían a la capital. Sin embargo, los insurrectos desaparecieron sin dejar rastro. 5HVXHOWR 2VRULR D SRQHU ÀQ D OD UHYXHOWD GH *XDED VROLFLWy D OD $XGLHQFLD 100 hombres para marchar contra Montoro y sus seguidores, pero solo pudo reunir 60, tan enemigos de las despoblaciones como los vecinos de Bayajá que se habían rebelado en el valle, quienes, al saber que habían sido localizados, se asilaron en los navíos holandeses surtos en Guanahibes. Cuando el gober- nador llegó al puerto, fue recibido con un nutrido fuego de artillería, al que siguió una refriega en tierra que se saldó con siete rebeldes y dos soldados del EDQGR UHDO PXHUWRV 0RQWRUR \ OD PD\RUtD GH VXV SURVpOLWRV GHMDURQ ÀQDOPHQ - te la isla embarcando en dichos navíos. 18 N UEVOS PROCESOS Mediante auto dado en San Juan de la Maguana el 16 de agosto, se em- plazó a los nativos de Bayajá huidos a Cuba a presentarse ante la justicia, pero como nadie lo hizo Osorio pronunció sentencia declarándolos traido- res y condenándolos a la horca, sentencia que debería ser ejecutada una vez apresados. Especialmente dura fue la emitida contra Montoro y el bachiller

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