Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 67 A principios de marzo, el gobernador devastó Bayajá y Monte Cristi, villa HVWD TXH QR ÀJXUDED HQ ODV &pGXODV GH REOLJDQGR D VXV YHFLQRV \ D ORV de los hatos y estancias cercanos a dejar sus casas, a las que prendió fuego SDUD FRQYHQFHUORV GH VX ÀUPH GHFLVLyQ GH OOHYDU DGHODQWH ODV yUGHQHV UHDOHV Luego destruyó las siembras y esparció sal en la tierra para que no volviese D IUXFWLÀFDU (UD OD HVWDFLyQ GH ODV OOXYLDV \ ODV PXMHUHV \ QLxRV WXYLHURQ TXH pernoctar a la intemperie, hasta emprender con los hombres la fatigosa mar- cha que los llevaría a las nuevas villas. El propio Osorio reunió los ganados y los arreó por caminos intransitables. Los aguaceros habían desbordado los ríos y anegaban veredas y atajos. No faltaron, durante el penoso trayecto, intentos de disuadir a Osorio de VX UHVROXFLyQ eO PLVPR QDUUy TXH D FDGD SDVR OH VDOtDQ FRQ ©KDUWDV WUD]DV H LQYHQFLRQHVª SDUD SHUVXDGLUOR GH TXH KLFLHUD PDUFKD DWUiV \ KDVWD OR DPHQD - ]DEDQ FRQ WHQGHUOH HPERVFDGDV TXH SRQGUtDQ ÀQ D VX YLGD YDWLFLQDQGR TXH los enemigos de España conquistarían la isla si persistía en dejar deshabita- da la banda norte. Trampas, embarazos e intimidaciones no dieron ningún resultado. Para demostrar a todos que, pese a las advertencias recibidas, se podía discurrir por montes y riberas sin ningún tropiezo serio, el gobernador encabezó la caravana, acompañándola días y días hasta que se adelantó con sus hombres para esperarla en las nuevas poblaciones. Antes había partido López de Castro, quien se unió a Osorio en Bayajá. La carencia de caballos le había impedido salir con él de la ciudad de Santo Domingo el 20 de febrero. Después de incendiar las casas, el gobernador le mandó que fuese a los luga- res elegidos para prepararlo todo y acoger a la gente cuando llegase. El 27 de abril, el escribano empezó a poblar la villa de San Antonio de Monte Plata, integrada por los vecinos de Monte Cristi y Puerto Plata. 17 Aunque Lugo asegura que la demolición de Monte Cristi había sido su- gerida por el cabildo de esa villa, lo cierto es que Osorio había aconsejado al rey, en carta del 20 de agosto de 1604, la necesidad de despoblarla también, por lo que Felipe III, por Cédulas fechadas el 21 de enero del año siguiente, no solo le dio su visto bueno, sino que lo autorizó a devastar San Juan de la Maguana y cualesquiera otros lugares si así le parecía. Concluidas las despoblaciones de Bayajá y Monte Cristi, Osorio instruyó DO FDSLWiQ \ H[ DOFDOGH GH /D <DJXDQD 'LHJR GH 5HEROOHGR SDUD TXH OD GHYDV - tase. Un auto de 17 de abril otorgó a sus vecinos 24 horas para que desampa- rasen la villa, vencido el cual se quemaron viviendas y asolaron sembrados. Un conato de resistencia protagonizado por el guardián de los franciscanos, fray Rodrigo de la Vega, quien se armó y llamó a la gente para evitar que se
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