Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 65 E L INICIO DE LAS DESPOBLACIONES Y LA REBELIÓN DE G UABA Entre las 9 y 10 de la mañana del 30 de enero de 1605, dos fuertes caño- nazos provenientes del puerto sobresaltaron a los vecinos de La Yaguana. El capitán Jácome de Lomas envió a dos hombres para que averiguaran lo que había ocurrido, quienes le informaron que habían sido disparados por dos pataches holandeses. Sus comandantes eran portadores de un mensaje del conde Mauricio y del general de la armada surta en Guanahibes, Pablos Barlandingen, dirigido a las autoridades de la colonia, mensaje que deseaban leer para conocimiento de todos. De inmediato, el capitán Jácome de Lomas llamó a Jerónimo de Agüero Bardecí, nombrado juez de comisión por Osorio SDUD OOHYDU HO JDQDGR GH HVD ]RQD D ODV QXHYDV YLOODV D ÀQ GH GLVFXUULU FyPR enfrentar la inesperada emergencia, y luego convocó al pueblo, que acudió en gran número, unos a pie, otros a caballo y todos armados. Distribuida una SDUWH GH OD JHQWH SRU ODV FDOOHV ©SDUD OR TXH SXGLHUD VXFHGHUª HO UHVWR GH HOOD se congregó en el puerto, donde el regidor Pedro de Brea Cerón preguntó a los holandeses qué era lo que deseaban. Dos bateles con la bandera enarbolada VH DSUR[LPDURQ D WLHUUD 0HOFKRU 5RGUtJXH] &RUURYHO \ (QULTXH HO )ODPHQFR OH H[SUHVDURQ TXH TXHUtDQ FRQYHUVDU FRQ HO UHSUHVHQWDQWH GHO JREHUQDGRU \ HO Cabildo, solicitando seguridades de que no serían atacados. El primero cono- cía muy bien a Agüero Bardecí, del que era muy servidor. Tras reiterar su intención de dar lectura al referido mensaje, el juez los autorizó a proceder con ella. Se trataba de una proclama en la que el conde Mauricio ofrecía poner bajo su protección a todas las ciudades y villas de la isla si le prestaban juramento de vasallaje y lo reconocían como su soberano, prometiéndoles, a cambio, defenderlas de cualquier agresión del monarca español, a quien acusaba de tirano y de haber causado la ruina y destrucción de los vecinos de la banda norte en castigo por sus rescates. Al mismo tiempo, amenazó con matar a cuantos se opusiesen a las pretensiones contenidas en la proclama, fechada el 25 de dicho mes a bordo de la nao 0DXULFLR . Las autoridades de La Yaguana desestimaron de plano el ofrecimiento GHO FRQGH SURWHVWDURQ ÀGHOLGDG D )HOLSH ,,, VX ~QLFR UH\ \ VHxRU GH ODV WLHUUDV indianas, y le manifestaron muy vivamente su disposición de ofrendar sus vidas, si preciso fuera, en cumplimiento de sus obligaciones. La lectura de la proclama y la respuesta que recibió transcurrieron en medio de mutuos rece- los. Corrovel y sus hombres se mantuvieron todo el tiempo con sus mosquetes y arcabuces listos para ser disparados a la menor señal de peligro, mientras
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