Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
62 /DV 'HYDVWDFLRQHV GH \ manadas se quedarán en sus lugares y los que carecen de ellas se apo- derarán del ganado que no se pudo llevar para hacer cueros. 6LHQGR ORV QHJURV WDQ EHOLFRVRV \ WDQ SRFR GRPpVWLFRV KXLUiQ GH VXV labores y permanecerán en la región despoblada y lo mismo harán los de la ciudad de Santo Domingo y haciendas aledañas para andar en los rescates. 'HVSREODGRV ORV SXHUWRV PDUtWLPRV ORV RFXSDUiQ ORV HQHPLJRV SDUD seguir rescatando más cómoda y seguramente, además de tomar los navíos españoles que arribasen a ellos o pasasen de largo. /D SpUGLGD GH ORV JDQDGRV FRQOOHYDUi WDPELpQ OD GH ORV GLH]PRV D ODV iglesias, hospitales y sacerdotes, cuyas labores y ministerios no podrán realizarse con la decencia que les corresponde, ya que en la actualidad esos diezmos han venido a menos y no hay quien quiera servir algunos curatos. /D JHQWH TXH SHUPDQH]FD HQ OD EDQGD QRUWH \ OD GHPiV TXH VH DO]DUi LQ - currirán en mayores errores en su fe a causa de su cohabitación con los luteranos por no tener quien los adoctrine, corrija sus malos ejemplos y les administre los sacramentos. (VDV JHQWHV GDUiQ IDYRU D\XGD \ DYLVRV D ORV FRUVDULRV SDUD TXH SRU mar y tierra infecten la isla, la cerquen y le hagan un daño tal vez irreparable. A seguidas, el Cabildo formuló una serie de soluciones que, a su jui- cio, acabarían con los rescates y que, en parte, coincidían con la de Dávila y Padilla. Como el arzobispo, sugirió el envío de navíos a la banda norte con las mercancías necesarias para la vida de sus vecinos y que, a la vez, cargasen los IUXWRV FRVHFKDGRV SRU HOORV 6LQ HPEDUJR GLÀULy GHO SUHODGR HQ OD DPSOLWXG del libre comercio, pues mientras este deseaba que se efectuase con todas las QDFLRQHV H[WUDQMHUDV HO &DELOGR OR UHGXMR D (VSDxD \ OD LVOD 2WUD PHGLGD \D pedida en innumerables ocasiones, fue la de situar bajeles en la colonia para VX JXDUGD \ SURWHFFLyQ SRU VHU ©PiV DFRPRGDGRV SDUD HOORª Los vecinos más connotados en los rescates debían ser mudados para la ciudad de Santo Domingo o bien desterrados, en tanto los vagos y quienes GHDPEXODEDQ SRU OD UHJLyQ VLQ KDFLHQGD FDVD \ RÀFLR VHUtDQ VLPSOHPHQWH H[SXOVDGRV SDUD RWUDV SDUWHV 5HVSHFWR D ORV SREUHV VH OHV FRPSHOHUtD D TXH vendiesen el poco ganado que tenían, ya que no solo rescataban, sino que HUDQ ©UHFHSWiFXOR GH ODGURQHV YDJDEXQGRVª Un remedio insolidario fue la despoblación de Monte Cristi y sus estan- FLDV SRU QR VHU GH LPSRUWDQFLD QL SRGHUVH IRUWLÀFDU /RV YHFLQRV GHO SXHEOR
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