Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 49 que comprobasen si faltaba alguno, los días que habían estado en esa faena, el número de pieles hechas y dónde las tenían. De no cumplir con esos requi- sitos los dueños de ganado perderían los esclavos que no declarasen y si eran blancos o negros libres se les sancionaría con 100 azotes y seis años como ga- leotes sin sueldo. En caso de que las declaraciones fuesen falsas, se castigaría a los transgresores ejemplarmente para escarmiento y cese de los perjurios. Los encargados de ejecutar todas esas disposiciones tenían que estar en todo momento muy vigilantes y en compañía de rastreros para enviarlos a GHVFXEULU ORV FXHURV TXH QR VH KXELHVHQ WHVWLÀFDGR \ SURFHGHU D GHFRPLVDU los que hallasen. Los montes cercanos a los puertos donde se rescataba serían quemados a lo largo y ancho de 10 a 12 leguas para que si surgiese algún navío corsario o pirata se pueda dar aviso y combatirlo. Más que cualquier RWUR IUXWR \ PLQHUDO ORV TXH ORV H[WUDQMHURV SUHÀHUHQ VRQ FXHURV \ D]~FDU GHO cual ha de llevarse asimismo cuenta. Respecto al jengibre, igualmente muy solicitado, la Audiencia renovará la prohibición de sembrarlo en las tierras SUy[LPDV D GRQGH WLHQHQ OXJDU ORV UHVFDWHV Idéntica diligencia se haría con el corte del palo de guayacán y la recolec- ción de tabaco y pimienta, pues aun cuando no son géneros de tanto interés como los cueros para los luteranos, convenía que se impidiese embarcarlos, ya que así advertirán que no les era posible rescatar cosa alguna. Las tiendas de la ciudad de Santo Domingo y todas las otras poblaciones de la isla donde VH H[SHQGLHVHQ URSDV \ RWUDV PHUFDQFtDV VHUtDQ YLVLWDGDV SDUD VDEHU VL KDEtDQ sido traídas con el debido registro, con lo que se acrecentarán los derechos reales. Los esclavos, oro, plata y perlas que se enviasen fuera de la colonia se apuntarían en un cuaderno para cotejarlos con los registros y averiguar si habían venido en ellos o no. Poniendo en ejecución lo dicho y otorgando licencia para que los navíos que quisiesen ir a la isla a llevar a España los frutos que produce lo pudiesen hacer, se terminarán los rescates y los vecinos disfrutarán de sus ganancias. De entre las ventajas que se derivarían si se llevaban a cabo todas esas reco- PHQGDFLRQHV ÀJXUDUtDQ HQ RSLQLyQ GHO HVFULEDQR HO SREODPLHQWR GH ORV VLWLRV donde se aposentasen los ganados, la labranza de las tierras, el pago del diez- mo a la Iglesia y el de la alcabala de los cueros que se vendiesen legalmente, ORV LQJUHVRV DGXDQDOHV GH ODV PHUFDQFtDV TXH ORV H[WUDQMHURV WUDMHVHQ D OD LVOD \ OD H[SRUWDFLyQ GH VXV IUXWRV D &DUWDJHQD 3XHUWR 5LFR \ &XED Finalmente, el rey nombraría un alcalde mayor de tierra adentro buen conocedor de la isla y celoso de su servicio a la Corona, a quien se le abonaría un salario mayor que el acostumbrado, para que con 12 hombres armados hi- FLHVH UHVSHWDU ODV PHGLGDV LQGLFDGDV SDFLÀFDVH ORV DO]DPLHQWRV GH HVFODYRV \

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