Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 43 el portugués Tomé Rodríguez, al que Varela condenó a muerte. Estivinquel VH KDEtD QDWXUDOL]DGR HVSDxRO JUDFLDV D ORV EXHQRV RÀFLRV GH 9LOODIDxH FXDQGR era gobernador interino de la isla. 9 L OS HOLANDESES ENTRAN EN ACCIÓN +DVWD OD SUHVHQFLD KRODQGHVD HQ ODV ,QGLDV KDEtD VLGR SRFR VLJQLÀ - cativa, pero aun así la fusión de las Coronas española y portuguesa le cerró el paso a la navegación interoceánica. A partir de ese momento, el dilema de Holanda osciló entre plegarse al monopolio español del comercio, lo que KXELHUD VLJQLÀFDGR VXFXPELU FRPR QDFLyQ R DXQDU VXV IXHU]DV D RWURV SDtVHV para luchar por su supervivencia. Aliada por tanto con Inglaterra, su objetivo se concentró en arrebatarle a España, mediante las armas o el contrabando, las mercancías que necesitaba para sostener su guerra de independencia. Numerosos mercaderes holandeses habían obtenido del rey de Portugal HO PRQRSROLR GH ODV HVSHFLDV RULHQWDOHV SDUWLFXODUPHQWH GH OD SLPLHQWD ÀMDQGR su residencia en Lisboa, Sevilla y las islas Canarias durante el siglo XVI . Cuando estalló la revuelta en los Países Bajos, esos mercaderes lograron conservar VXV LQWHUHVHV \ FRQH[LRQHV HQ GLFKDV FLXGDGHV UHFXUULHQGR PXFKDV YHFHV D subterfugios, como lo demuestra el proceso conocido por la corte suprema del Almirantazgo inglés acerca de la captura del navío holandés Fortune en 1595 HQ ODV SUR[LPLGDGHV GH 6DQWR 'RPLQJR SRU HO SLUDWD ORQGLQHQVH 5RVH /LRQ Los dueños del Fortune reclamaron su devolución y su cargamento de azúcar, jengibre y cañafístola. El navío, según la documentación mostrada en el juicio, aparecía como matriculado en Sevilla, comandado y tripulado por españoles y consignado a mercaderes de la misma nacionalidad avecindados en Santo Domingo, cuando en realidad era zelandés y sus representantes holandeses, así como los 12 marineros. La corte falló a favor del pirata, quien probó que los supuestos españoles estaban naturalizados y unidos por lazos de sangre y económicos a mercaderes de la isla. En los años 1594 y 1595, el incremento del comercio clandestino de los ho- landeses en el Caribe era ya un hecho evidente. Varios navíos de esos nacio- nales habían obtenido grandes cantidades de mercancías en Cumaná durante los pasados cuatro años. En 1595, Balthasar de Moucheron de Middelburg, uno de los más poderosos mercaderes de su época, envió a las Indias nume- rosos productos y artículos europeos. Uno de los lugares más visitados por

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