Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 35 la Mona el navío en que viajaba el gobernador de Puerto Rico, Francisco de 2YDQGR 0HMtD SRU FX\D OLEHUWDG H[LJLy TXH VH OH SHUPLWLHVH FDUJDU FXHURV Una semana antes el corsario había tomado otros tres barcos que iban a la isla Margarita, matando a Gonzalo Barbudo, administrador de Curazao, y capturando a su mujer e hijos. El gobernador de Santo Domingo, Gregorio González de Cuenca, y la Audiencia armaron tres navíos y otras tantas fraga- WDV SDUD SHUVHJXLUOR D FX\R IUHQWH IXH HO YiVWDJR GH OD Pi[LPD DXWRULGDG GH la colonia. Una Cédula de mayo de 1580 ordenó que se castigase a los vecinos GH 0DUJDULWD TXH KDEtDQ FRQWUDWDGR FRQ =DTXHWH Los oidores Pedro de Arceo y Esteban de Quero se habían opuesto al envío de la armada, la cual logró apoderarse de tres fragatas del corsario en las inmediaciones de Puerto Rico y de 35 esclavos, liberando a varios espa- ñoles que se hallaban presos en ellas. Vueltos los navíos a la ciudad de Santo Domingo, los oidores enjuiciaron a Antonio de Cuencas y Contreras, el hijo del gobernador, dándole por cárcel la casa de su padre, y al alcaide de la IRUWDOH]D GH 6DQ -XDQ -XDQ 3RQFH GH /HyQ TXH ÀJXUDED FRPR DVHVRU GH OD armada. La acción de Arceo y Quero obedeció a sus diferencias y rencillas con el gobernador, objeto de mofas y difamaciones divulgadas en libelos pegados en las paredes de las iglesias. El visitador Rodrigo de Ribero, llegado a la isla el 23 de julio con la enco- mienda de poner orden en ella, sumida en la miseria, se lamentó de que los RLGRUHV \ *RQ]iOH] GH &XHQFD HVWXYLHVHQ ©PiV HQFHQGLGRV \ WUDEDGRV HQ VXV FyOHUDV TXH QXQFDª &RPR HV GH ULJRU XQR GH ORV PDOHV TXH 5LEHUR GHQXQFLy al rey fue el de los rescates que los vecinos de la banda norte, y sobre todo los GH /D <DJXDQD ©DEULJR DFRJLGD \ UHFHSWiFXOR GH ORV IUDQFHVHV \ FRUVDULRV TXH YLHQHQ D HVWDV ,QGLDVª YHQtDQ UHDOL]DQGR GHVGH KDFtD GpFDGDV 'H QDGD había servido que la Audiencia despachase jueces a esa banda, pues los pro- FHVRV FRQWUD ORV VRVSHFKRVRV GH DQGDU HQ ORV UHVFDWHV VH H[WUDYLDEDQ R HUDQ hurtados para que no prosperasen. De cuanto se contrabandeaba, al visitador le interesaban particularmente los esclavos. Más de 400 habían sido rescatados en los últimos seis meses a ra- zón de 60 ducados por cabeza, cuando su precio común era de 200. La mayor parte de ellos era vendida en Nueva España, Tierra Firme e islas comarcanas. Los demás eran puestos a trabajar en los hatos. Deseando acabar con ese co- mercio, Ribero propuso al rey que se efectuase un inventario de todos los HVFODYRV H[LVWHQWHV HQ OD LVOD FRQ LQGLFDFLyQ GH VXV QRPEUHV HGDGHV VHxDV orígenes y propietarios, de modo que en lo sucesivo cada compraventa que- dase registrada con sus respectivos detalles. Cualquier operación ejecutada sin ese requisito sería penalizada con la pérdida de los esclavos, multa por el

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