Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II

Historia general del pueblo dominicano 33 mestizos que trabajaban en los hatos les informaban lo que había a trueque y rescataban azúcar y cueros por esclavos y paños. Como la isla era pequeña y se podía recorrer fácilmente, se detenían poco en ella. De Puerto Rico seguían navegando hasta Santo Domingo por dos vías dis- tintas. Una era por la banda norte y la segunda por el sur. El itinerario del sur abarcaba primero la Saona para poder costear la capital de la colonia y contratar con un navío español manco, o sea, indefenso, si tropezaban con él. A seguidas tomaban el rumbo de la bahía de Ocoa para torcer hacia La Yaguana y de esta población se encaminaban a Jamaica y el cabo cubano De la Cruz. La carrera del norte la efectuaban yendo a cabo Cabrón para después internarse en las aguas de Puerto Plata, Monte Cristi y Puerto Real. En esos puertos era donde rescataban más por los muchos cueros que en ellos ha- bía. Ese trato lo hacían con la gente de tierra si abundaba. De lo contrario marchaban a La Yaguana, Jamaica y Cuba. Otros puertos que tocaban eran Manzanillo, Bayajá, Guarico y la isla de la Tortuga. En la bahía de Ocoa se detenían tres o cuatro días por miedo a la Audiencia, la cual solía enviar con- tra ellos una armadilla, pero aun así cambalacheaban azúcar y pieles con los vecinos de Azua. (O SUy[LPR SXHUWR HQ TXH UHFDODEDQ HUD <iTXLPR GLVWDQWH RFKR OHJXDV por tierra de La Yaguana. A lo largo de esa costa había un hato habitado solo por negros e indios, quienes les comunicaban si en ella se divisaba alguna armada y a los vecinos de La Yaguana la clase de mercancías que traían. En caso de haber una armada, se devolvían a Yabacao, donde permanecían unos GtDV <DEDFDR HUD PiV IUHFXHQWDGR SRU ORV SRUWXJXHVHV 0iV DWUHYLGRV \ H[ - perimentados en la lucha, los franceses preferían La Sabana y Yabeque, una pequeña isla despoblada que les servía de refugio en los meses de huracanes. En ella había mucho ganado, que mataban para alimentarse. Como La Yaguana no era un puerto seguro ni estaba resguardado de los vientos, portugueses y franceses se concentraban en Guanahibes, término de la villa de Puerto Real, junto al cabo de San Nicolás. En él disparaban un par de cañonazos para anunciar su presencia, la cual era transmitida de hato en hato hasta esa población, Monte Cristi y San Juan de la Maguana. Poco después acudían numerosos vecinos de todos esos sitios con grandes cantidades de FXHURV VHER D]~FDU \ RWURV SURGXFWRV PX\ GHPDQGDGRV SRU ORV H[WUDQMHURV TXLHQHV ORV LQWHUFDPELDEDQ SRU HVFODYRV SDxRV ÀQRV OHQFHUtD MDEyQ FHUD \ azogue. Un esclavo valía 50 o 60 cueros, la pipa de vino entre 20 y 25, un paño 2 o 3 y 4 o 5 varas de ruán 1. Los rescates se realizaban en lugares despoblados oculta y disimulada- PHQWH FXEULpQGRVH TXLHQHV SDUWLFLSDEDQ HQ HOORV SRU HVWDU ©HQ OD FRQFHMDª

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