Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
132 La decadencia de la población y de la economía de estancias hasta mediados del siglo XVII introducidos, ya fuese con la correspondiente licencia o por otros medios (comercio ilícito, falsas arribadas forzosas, etc.). Entre estas últimas podemos citar como ejemplo la del navío portugués 6DQ $QWRQLR que llegó al puerto de Santo Domingo el 19 de enero de 1622, con una carga de 54 esclavos proceden- tes de Angola. Habían muerto 148 desde su salida de la costa africana, siendo la fecha que constaba en el registro la de 27 de noviembre de 1618 y marcaba en 150 el número de licencias de venta de esclavos permitido. Su maestre, Francisco de Acosta, murió en la capital dominicana. Otra arribada se produjo el 23 de agosto de 1631. En esta ocasión se trataba del navío 1XHVWUD 6HxRUD GHO 5RVDULR que llegó también de Angola, con 140 esclavos de los que vendió 10 en Santo Domingo. El registro de salida, con fecha de 16 de marzo de 1627, hace posible conocer el número de esclavos que se permitía vender en Indias y que en esta ocasión era de 150 (comparadas con las bajas sufridas durante el viaje por la embarcación anterior, el porcentaje de pérdidas es muy inferior) y la duración del viaje. Se da la coincidencia de que también su maestre murió en el puerto, sustituyéndole en el cargo Luis Cardoso. 80 Al controlar los portugueses la trata de esclavos procedentes de África, esta se vio condicionada en buena parte por los vaivenes de las relaciones políticas entre las Coronas hispana y lusa. En 1640, tras la sublevación y con- VHFXWLYD VHSDUDFLyQ GH 3RUWXJDO VH LQWHUUXPSLy HO VXPLQLVWUR GH HVFODYRV RÀ - cialmente por parte de los tratantes portugueses y no se reanudó hasta once años más tarde. Haremos hincapié, además de los esclavos, en los cimarrones y los li- bertos, parte importante del sustrato de la identidad dominicana actual y que se comienza a forjar ya en los albores del XVII o, en opinión de bastantes estudiosos, en el último tercio del XVI 6X VLWXDFLyQ GLÀHUH HQ DOWR JUDGR GH OD que se encuentran los esclavos en otros territorios indianos. No caeremos en OD WUDPSD GH DÀUPDU TXH OD GLIHUHQFLD GHO WUDWR GDGR D ORV SULPHURV VH GHEH D un sentimiento de bondad por parte de sus dueños, o que estos fuesen mucho más humanitarios que los propietarios de plantaciones de Virginia o de Brasil. Sencillamente, los esclavos constituían uno de los escasísimos bienes que en la primera mitad de la centuria poseían los criollos menos pobres. No podían permitirse comprar otros si los que poseían morían o quedaban inválidos por malos tratos o por falta de cuidados, dado las duras condiciones de trabajo y poca posibilidad de supervivencia que les ofrecía la vida que llevaban en los ingenios, y en grado algo menor, en hatos, estancias y demás unidades productivas de carácter esclavista. 81 Según Cassá, de acuerdo con el censo de Osorio, de los más de 9,000 esclavos que vivían en la isla, al menos unos 1,000 eran domésticos. El ámbito
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