Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
Historia general del pueblo dominicano 119 autores a los monteros de una aureola legendaria, presentándolos como muy diestros y valientes lanceros que se enfrentaron a todo tipo de peligro, pero en realidad resulta auténtico su carácter marginal dentro de la historia social GRPLQLFDQD 'XUDQWH WRGD OD pSRFD FRORQLDO VH PDQWXYR YLJHQWH HVWD ÀJXUD aunque evolucionaba en algunos aspectos. De ella se ofrecerán las más diver- VDV FRQFHSFLRQHV GHVGH ODV TXH OR PLWLÀFDQ FRQYLUWLpQGROR HQ XQ KpURH HO ODQFHUR TXH OXFKy FRQWUD HO HQHPLJR H[WUDQMHUR KDVWD HQ HO H[WUHPR RSXHVWR la de algunos propietarios de grandes hatos o funcionarios de la Corona, que lo presentan en ocasiones como un salvaje, desalmado, descalzo y cubierto por harapos. Creemos que el montero tuvo efectivamente una vida muy dura, DXVWHUD VH PRYtD HQ WHUULWRULRV H[WHQVRV \ VROLWDULRV FRQ SRFRV PHGLRV SDUD cazar, machete y lanza para desjarretar a las reses en bosques enmarañados, con abundantes arbustos. Los monteros se hallan totalmente alejados del concepto de propiedad privada, ni siquiera se preocupan por tener acceso a la propiedad mancomu- nada o a disfrutar del usufructo de un pequeño terreno para cultivarlo, y esa carencia de posesiones y de compromisos lo convierte posiblemente en uno de los elementos que goza de mayor independencia de la sociedad colonial. Demostrará en el mismo siglo XVII , contra ingleses y franceses, principalmente en 1655 y 1691, ser un elemento muy valioso para la defensa del país. Ese fenómeno social presenta para Mintz una base común a las tres gran- des islas del Caribe español, en la Española se cumple su planteamiento de que los negros huidos desarrollaron una especie de campesinado de conucos y pe- TXHxRV Q~FOHRV GH SREODFLyQ DXWRVXÀFLHQWHV TXH OOHJDURQ LQFOXVR D PDQWHQHU relaciones comerciales y, en nuestra opinión, fácilmente constatable, de raíces étnicas africanas, criollas, hispanas, y aun con reminiscencias aborígenes. Con todos esos elementos: mulatos, negros esclavos y libertos, mestizos y blancos de la tierra, criollos todos, se desarrollaron una cultura propia y una forma de vivir, sintiendo como suya la tierra que les sustentaba, y recibiendo de ella fuerzas para luchar por su independencia cuando llegara el momento. 65 I NTENTOS DE RECOMPONER EL COMERCIO ENTRE S ANTO D OMINGO Y LA METRÓPOLI (O FRPHUFLR HQWUH 6DQWR 'RPLQJR \ RWURV SXHUWRV DPHULFDQRV \ HO WUiÀFR mercantil con Sevilla y Canarias, en mayor o menor escala, permanece activo
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