Historia General del Pueblo Dominicano Tomo II
108 La decadencia de la población y de la economía de estancias hasta mediados del siglo XVII GHO &RQVHMR GH ,QGLDV 3HUR HVWH VLVWHPD SURQWR IXH UHFKD]DGR SRU ORV RÀFLD - les receptores en Sevilla; la conversión del jengibre en dinero, a causa de la fragilidad de la mercancía y de lo que se perdía de aquella en el proceso, no aseguraba el ingreso real o no alcanzaba su valor total, una vez descontados GHUHFKRV \ ÁHWHV /D &DVD GH &RQWUDWDFLyQ H[LJLy TXH ODV UHPHVDV GH 6DQWR Domingo se efectuaran en metálico. En general, todo apunta a que el cultivo, o al menos la comercialización del jengibre, fue decayendo en Santo Domingo al transcurrir la cuarta y quinta décadas del siglo. 45 (O RULJHQ GH OD FRQFOXVLyQ GH OD H[SRUWDFLyQ GH MHQJLEUH GH 6DQWR 'RPLQJR tuvo sin duda razones comunes con la de su auge inicial y estuvo unido al TXH H[SHULPHQWDURQ ODV HVWDQFLDV FRPR XQLGDGHV SURGXFWLYDV DJUtFRODV KDFLD < D VX YH] WRGRV HVWRV YDLYHQHV GH OD HFRQRPtD LQVXODU VH UHÁHMDQ HQ ORV distintos estamentos de su sociedad. Cacao. Se ha señalado 1640 como inicio de la plantaciones de cacao, pro- ducto que animó un poco la disminuida economía de la Española durante algo más de veinte años, quitando al jengibre su por entonces lugar privilegiado. Hay datos aislados de su producción en la isla en fechas anteriores. En 1639, por ejemplo, se efectuó un envío a Sevilla de 675 libras. El alto precio que alcanzó el cacao en el mercado americano y europeo en los años mencionados IXH OD UD]yQ GH TXH VH H[SDQGLHUD VX FXOWLYR HQ &XED 3XHUWR 5LFR \ 6DQWR Domingo. Desafortunadamente, en las tres islas tan solo se mantuvo en auge unas pocas décadas. Durante las tres décadas siguientes los dominicanos se limitaron a sobre- vivir gracias a los escasos cultivos de azúcar que quedaban y que alternaban con los por entonces más pujantes de jengibre y con los cueros. Hacia 1638 los vecinos de Santo Domingo, conscientes de que no disponían del capital necesario para invertir en la reconstrucción y modernización de los antaño ÁRUHFLHQWHV LQJHQLRV D]XFDUHURV GHFLGLHURQ KDFHU SODQWDFLRQHV GH FDFDR LQ - ÁXLGRV HQ EXHQD SDUWH SRU OD IXHUWH GHPDQGD GH HVWH SURGXFWR HQ 0p[LFR con cuyos puertos tenían relaciones comerciales más frecuentes que con la metrópoli. No era una novedad en aquella fecha el cultivo del cacao, si bien VH WUDWDED GH ORV LQLFLRV GH OD TXH VHUtD XQD H[SORWDFLyQ D JUDQ HVFDOD FRQ YLVWDV D OD H[SRUWDFLyQ +DFLD HO MHVXLWD $QGUpV GH 6ROtV HORJLDED OD DOWD calidad del cacao de la Española y se refería al comercio que con este producto mantenía la isla con Nueva España, señalando el precio de 11 pesos para una fanega de 75 libras y el hecho de que algunos labradores obtuviesen un rendi- miento anual por su cultivo de 10,000 a 12,000 pesos. Alcocer alude al carácter novedoso del cultivo del cacao, largamente abandonado y recomenzado en los años inmediatamente anteriores a aquellos en los que él escribe (últimos
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